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6-7 Se llevaron a hombres, mujeres y niños, y también a las hijas del rey. A toda esa gente Nebuzaradán la había puesto bajo el cuidado de Guedalías. A todos nos llevaron a Egipto, incluyendo a mi secretario Baruc y a mí, y nos quedamos en la ciudad de Tafnes. 8-11 Allí, el Dios de Israel volvió a hablarme:

«Jeremías, toma unas piedras grandes y llévalas a Tafnes. Entiérralas a la entrada del palacio del rey de Egipto, y asegúrate de que todos te vean hacerlo. Luego diles que yo haré que venga el rey de Babilonia, y pondré su trono sobre las piedras que has enterrado.

»Y así será. El rey de Babilonia conquistará Egipto. A unos se los llevará prisioneros a otro país, y a otros los matará.

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